LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS EN EL GUIJO
Nos encontramos ante una de las advocaciones de la Virgen Santísima más antiguas, conocidas y queridas del pueblo cristiano, que representa a la clásica Piedad del arte gótico y renacentista (s. XV), o sea el momento en que María recibe con piedad y angustia en su regazo maternal el cadáver de su Hijo recién bajado de la Cruz la noche del Viernes Santo (cf. Mc 15, 42-45).
Asociada a las angustias de una madre que termina de perder a su querido hijo en un hecho muy dramático, la angustia es la ansiedad psicológica ante tal hecho.
Según se dice fueron los frailes dominicos del cercano convento de Santa Catalina de Aldeanueva, predicadores de los misterios del Santo Rosario, los que fomentaron esta devoción a la Piedad o Virgen de las Angustias. Así observamos en la misma parroquia de Aldeanueva de la Vera una antigua imagen de esta advociación, y el ejemplo más claro es la devoción en Navalmoral de la Mata a su patrona, la Virgen de las Angustias, iniciada y fomentada por estos frailes dominicos.
El Guijo, aunque muy devoto de su patrona Santa Bárbara, también ha sido siempre un pueblo profundamente mariano, al igual que Jarandilla, desde la primera advocación de la Virgen del Socorro, de principios del XVII, pasando por la Virgen del Rosario en el XVIII, y llegando a la de las Nieves en el XX. Ha tenido y tiene mucha devoción por esta advocación mariana que estamos tratando, la de la Virgen de las Angustias, desde el siglo XIX.
Los orígenes de la misma, son más o menos claros, ya que hasta el año 1881 no tenemos constancia de la existencia y devoción de la Virgen de las Angustias en el Guijo, y la imagen también la podemos datar claramente de mediados del siglo XIX, desconociendo su procedencia o autoría, la novena nos dice que fue “fabricada por los ángeles, y traída misteriosamente por ellos”.
Lo cierto es que el año 1862 se bendijo y se comenzó a usar el Cementerio contiguo a la Ermita, quedando a la entrada un espacio que al poco tiempo se ideó para construir una capilla dedicada de la Virgen de las Angustias, gracias a la devoción de Don Antonio Jiménez (el Abuelo Viejo) su familia y un grupo amplio de fieles que quisieron establecer esta nueva advocación de la Virgen para que acompañase a sus difuntos y a ellos en las angustias ante la pérdida de los seres queridos.
Esta capilla se dedicó a la Virgen de las Angustias el día 9 de septiembre del año 1881, celebrándose desde entonces su fiesta principal ese día y una segunda fiesta menor el Viernes de Dolores, ya que el 8 de septiembre se celebraba en el Guijo la fiesta de la Virgen del Socorro, advocación mariana más antigua y titular de la Parroquia.
El año 1895 se reedificó el edificio costeado en su mayoría por el hijo del Abuelo Viejo, Don Antonio Modesto Jiménez, pasando de ser una capillita a ser la Ermita que es más o menos a como la conocemos hoy, ya que tuvo en la fachada principal una espadaña con su esquilín.
Es una devoción muy querida en el Guijo, por lo que se estableció una primera Asociación piadosa de Nuestra Señora de las Angustias que fraguaría después en la actual Cofradía fundada el 5 de agosto de 1951.
La devoción de su Novena, de su Septenario de Dolores que se celebraba en la Semana Santa, de las Novenas o Rogativas para implorar la lluvia, de ser la imagen que más procesiona por el Guijo y la devoción del Alumbrado de su Lámpara, nos habla que aunque sea una devoción con poco más de 125 años de historia, se ha sabido ganar bien el corazón de las guijeñas y guijeños, que recibe como nadie a todo el que pasa por su Vía y despide con esperanza al que sale. Que esta Madre de Angustias nos ayude a todos a sobrellevar las nuestras con fe.
Marco Antonio Santos, Pbro.
